Conferencia «El mundo en que vivimos y la necesidad del psicoanálisis»

4 febrero 2022

Conferencia dictada el 10 de diciembre de 2021 en la Fundación Luis Chiozza

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REUNIONES CIENTIFICAS DE LOS DIAS VIERNES.
Conferencia: “El mundo en que vivimos y la necesidad del psicoanálisis”
Autor: Dr. Luis Chiozza
Fecha: 10 de diciembre 2021

La palabra mundo tiene algunos significados distintos. Por un lado, significa todo lo que hay, hubo y habrá. Por otro lado, significa, por su etimología, un tiempo ordenado, la diferencia entre un cosmos y un caos, de manera que el mundo vendría a ser un cosmos ordenado. Y, por último, es importante comprender que en el mundo se conjuga lo objetivo con lo subjetivo, es decir, aparece como algo que ocurre entre lo que he vivido subjetivamente y también lo que aparece como algo objetivo que se nos impone, como, diríamos, las circunstancias en la cual vivimos. De manera que mundo es lo que hacemos y también mundo es aquello que nos hace vivir como vivimos.

La primera cosa que es interesante consignar, es que podríamos decir que vivimos desde un punto de vista esquemático en tres mundos. Un mundo perceptivo, un mundo sensitivo y un mundo normativo. El mundo perceptivo tiene que ver con la ubicación en el contexto en el cual vivimos, con el percatarse, con el percibir. Tiene que ver con una inteligencia práctica y desde ese punto de vista tiene que ver también con el poder. Es decir, para poder es necesario, por así decir, pactar con el mundo. Desde ese punto de vista, el poder sabemos que tiene que ver con el hígado simbólicamente, con esta inteligencia práctica y también tiene que ver con el pasado porque lo que se puede es lo que se pudo. Solamente se certifica el poder una vez que se ejerció, es decir, una vez que pasó. El mundo sensitivo, que tiene que ver con la emoción, con las importancias, tiene que ver con el querer, con lo que se quiere en el presente, ahora. Tiene que ver con la inteligencia emocional y simbólicamente tiene que ver con el corazón. Y el mundo normativo, tiene que ver con el deber, tiene que ver con lo que se adeuda, con el futuro, con la inteligencia racional, tiene que ver con el cerebro, este mundo normativo, el mundo de los deberes tiene que ver con los ideales, tiene que ver con lo que llamamos utopías o también ucronías, es decir, la utopía es un lugar que no existe y una ucronía es un tiempo que no existe. ¿Dónde está entonces este ideal? Bueno, este ideal desde el punto de vista metapsicológico que nos habla de un yo instancia psíquica, una agencia psíquica, allí, en este yo metapsicológico, el ideal está como una asignatura pendiente, como algo que debemos.

Se suele criticar a nuestra época por ser materialista e individualista, por falta de espiritualidad. Este tema del materialismo es un tema realmente muy interesante. En realidad, a pesar de lo que uno suele creer, la materia es precisamente aquello que no dura, es lo que se pudre, lo mudable. En realidad, si lo pensamos bien lo que duran son las ideas, no la materia. Esto ya lo decía Heráclito cuando decía, hace más de 2000 años, que el río parece ser el mismo, pero el agua circula. Es decir, la materia pasa por el río, lo que perdura es la forma del río y la forma del río es la idea. Bueno, toda la civilización muestra que los hechos, los verdaderos hechos, aquellos que de alguna manera conmueven y de algún modo tienen una evolución muy particular y fuerte, bueno, son las ideas. La civilización es evolución de ideas. Esto es tan cierto que hasta los átomos que son representativos de lo material son distintos entre sí porque tienen configuraciones diferentes. Es decir que no es lo mismo un átomo de mercurio que un átomo de plomo. Y ¿en qué se diferencian? En la forma que adquieren sus constituyentes, una mezcla de cantidad y cualidad. Es decir, realmente esto es tan importante que justamente le dediqué un libro nuevo que está por aparecer, en donde, cuyo título es un poco insólito. Dice “Soñar y decir también es hacer”. Y esto yo creo que tiene que ver con este hecho fundamental de que en realidad lo que conmueven son las ideas, lo que perduran son las ideas, lo que evolucionan son las ideas. La materia, por más prejuicio que tengamos es algo que dura muchísimo menos. De manera que dicho esto, ya no necesitamos decir mucho más, porqué puede ser una equivocación haber puesto la materia en algo tan importante como para hablar de materialismo. Ya de por sí el materialismo se evidencia hoy como una profunda equivocación. Al punto que parece más interesante, tratar de penetrar en la otra crítica que se hace a nuestra época, que es el individualismo. Que, en realidad, para decirlo mejor, no me voy a meter ahora en eso, pero lo menciono, mejor que hablar de individualismo sería hablar de personalismo.

Bueno, es importante comprender que vivimos adentro de un mundo perceptivo, como dijimos, lo que nos percatamos de aquello dentro de lo cual vivimos. Y bueno, para decirlo de un modo rápido y sin ir demasiado en detalle, y atendiendo a los dos sentidos distales que son la vista y el oído, que son los dos sentidos que de alguna manera podríamos decir, dentro de los cuales uno puede percibir una mayor elaboración conceptual, tenemos la visión y la audición. Y desde el punto de vista de la visión, para decirlo de manera rápida, vivimos entre, en una pequeñísima franja entre lo ultravioleta y lo infrarrojo. Y desde el punto de vista auditivo, también en una pequeñísima franja entre lo ultrasónico y lo infrasónico, es decir, entre lo que está por, los agudos que están por encima de los 20.000 Hertz y los graves que están por debajo de 20.000 Hertz. Pero ustedes se imaginan lo enorme que es el espectro de ondas tanto visuales como auditivas y qué pequeñísima franja es aquella dentro de la cual vivimos.

Bueno, esto con respecto al mundo perceptivo, ¿no? Pero también vivimos en un mundo conceptual. Porque hemos llegado conceptualmente a saber que estamos viviendo entre algo tan pequeño como una partícula subatómica y algo tan enorme como una estrella gigante. Y lo importante es que conceptualmente nos movemos en un mundo muchísimo más amplio que el mundo que percibimos, y este mundo más amplio es tan amplio que para mostrar esta diferencia que existe entre una partícula subatómica y una estrella, necesitamos un uno seguido de treinta siete ceros. Por otro lado, nos encontramos con conceptos muy revolucionarios, por ejemplo, hoy en día, lo que pasó por ser al principio como una teoría casi de ciencia ficción, es admitido por una gran cantidad de científicos que nuestro planeta, la Tierra, que lleva también el nombre de Gaia, un nombre mitológico también, es un ser vivo. Todas las características de un ser vivo se le pueden atribuir al planeta Tierra. Y también es interesante que dentro de este ser vivo hay una, lo que se llama una biosfera, que es todo lo que está vivo, todo lo que es la trama de la vida en el planeta. Y la trama de la vida está en lo que llamaríamos la corteza terrestre. O sea, 10.000 metros de altura en el cielo y 8.000 metros de profundidad en el mar. Eso es el pedazo del planeta habitado por la biosfera. Al mismo tiempo, cuando hablamos de la trama de la vida nos encontramos con que somos conviviendo. ¿Qué quiere decir que somos conviviendo? Bueno, por ejemplo, que existimos porque existen los vegetales, si no existieran los vegetales, que ocupan creo que el 97 con, en fin, casi el 100% de la vida es vegetal, es muy poquito la vida animal. Y bueno, y cosas como la fecundación de las flores o como la fotosíntesis, que muestran combinaciones entre seres vivos, animales o seres vivos vegetales, que de alguna manera hacen posible la vida y nos muestran cada vez más esta trama indisoluble de la vida, que como ustedes comprenderán es completamente diferente al antropocentrismo, ¿no? Es decir, de alguna manera el hombre deja de ser el rey del universo para ser algo condicionado por esta posibilidad de existir en esta convivencia biológica tan profunda. Es más, en la evolución de la vida en el planeta, los dos tercios de la vida, ni siquiera fueron células con núcleo, o sea eucariotas, fueron células mucho más primitivas, procariotas, de manera que, por así decirlo, la existencia de los grandes vegetales y de los grandes animales ha sido muy posterior en el curso de la vida en el planeta. Por otro lado, nos damos cuenta de que lo que llamábamos muchas veces sociedades de seres vivos, como por ejemplo el hormiguero o la colmena, en realidad últimamente se ha cambiado por completo el punto de vista. No se piensa que un hormiguero es una asociación de hormigas y menos aún que lo gobierna la reina, que por algo se la llamó la reina, creyendo que la reina gobernaba el hormiguero. En realidad, hoy sabemos que el hormiguero es un súper organismo, es decir que no hay mucha diferencia conceptual entre los millones de hormigas que forman un hormiguero y los millones de células pluricelulares que forman un organismo humano o también una palmera o también un elefante. De hecho, hoy sabemos que nosotros estamos vivos porque un conjunto de bacterias, siguiendo sus propios intereses digieren nuestros alimentos adentro del tubo digestivo. Lo hacen porque eso es lo que hace una bacteria cuando vive en esas condiciones y vivimos gracias a que las bacterias hacen eso por su cuenta. Es decir que en realidad no solamente vivimos gracias al oxígeno que producen los vegetales, también vivimos gracias a que las bacterias por su cuenta digieren los alimentos. Y de alguna manera vivimos en sociedad con ellas. De manera que esto nos lleva a pensar, siempre se ha pensado en el hombre como el rey de la creación, la creación como un artefacto divino en donde todo el resto de los seres vivos estaba al servicio del hombre. Como ustedes comprenderán esto pertenece al pasado, ningún científico piensa de esta manera y por lo tanto ya no podemos pensar que el supremo valor de la vida está representado por el ser humano. En fin, hay quien piensa que el hombre tiene una consciencia particular, tiene una cultura particular, el hombre ha hecho grandes puentes, ha construido aviones, ha construido grandes edificios, parecería que por lo tanto tiene, por así decir, es la culminación del desarrollo de la vida, pero esto hoy en día se pone muy en duda porque ¿dónde ponemos los valores?. Los ponemos en la capacidad para sobrevivir que tiene la humanidad, o los ponemos en la capacidad para sobrevivir que tienen los virus o los ponemos en los líquenes que viven en condiciones increíbles, los ponemos en los insectos que tienen una enorme cantidad de especies y una enorme biodiversidad, los ponemos en las Secuoyas que viven muchísimos años, los ponemos en el delfín que es una combinación de capacidades muy particulares. Es muy importante comprender que todo esto está por así decir en curso de revisión. Nosotros podemos decir, qué maravilla la cola real del pavo. Cómo seduce a la hembra con una cosa tan hermosa, cuando el pavo real despliega su cola. Pero, lo que no podemos comprender es por qué razón la hembra queda seducida por semejante belleza. Y al mismo tiempo que todo esto se convierte en una investigación apasionante y en una necesidad de comprender más, por otro lado, estamos viviendo una situación realmente muy conmovedora, porque actualmente estamos viviendo en un verdadero ataque a la biodiversidad. No sé si lo que digo es exacto, pero más o menos, ustedes leerán porque se está publicando bastante a menudo, que todos los días desaparecen muchísimas especies. Creo, no sé si me equivoco, que desaparecen unas cien especies por día de la biodiversidad.

De manera que, por otro lado, siempre hemos pensado que la característica fundamental de la vida es la defensa de la vida. O sea que todo ser vivo que funciona bien, su objetivo principal es sobrevivir. Y, sin embargo, hoy nos damos cuenta de que sobrevivir no alcanza para explicar la finalidad de la vida. Es como si fuera una serpiente que se muerde la cola. Estamos diciendo que la vida es importante y para fundamentar su importancia decimos que es importante porque importa sobrevivir, pro importa sobrevivir porque es importante. Lo más importante de todo esto que estamos diciendo es haber adquirido consciencia de que nosotros, los orgullosos representantes del género humano, somos seres compuestos. Y que depende del punto de vista, en dónde ponemos realmente lo importante. ¿En los elementos que nos componen o en el conjunto? Porque, como muy bien dijo Lewis Thomas, cuando yo salgo a pasear por el bosque para respirar oxígeno, ¿soy yo que saco a pasear a mis mitocondrias? O son mis mitocondrias que me sacan a pasear a mí porque necesitan respirar. Fíjense, una preguntita muy sencillita y sin embargo estamos volviendo otra vez a este tema de dónde ponemos el acento. El acento lo ponemos en el conjunto entero que llamamos ser humano o lo ponemos en los componentes, porque dicho sea de paso los componentes se pueden separar y continúan viviendo. Por otro lado, cada uno de nosotros está compuesto indisolublemente por estructuras animales, vegetales, por hongos y por protistas. ¿Dónde están las estructuras vegetales? En nuestros cloroplastos, por ejemplo. Y por otro lado tenemos órganos, y estos órganos de alguna manera nos han mostrado una y mil veces que pueden sobrevivir sin nosotros. ¿O acaso no es lo que sucede cuando se trasplanta un corazón? Resulta que le sacamos el corazón a un sujeto, se lo implantamos a otro y el corazón sigue viviendo. Entonces, de alguna manera, estos órganos que son estructuras que nos componen tampoco nos necesitan tanto para vivir. Necesitan un huésped, podemos ser nosotros o aquel otro que funciona con mi órgano trasplantado. Dicho sea de paso, me acaban de mandar un video muy conmovedor, no puedo resistir la tentación de contárselos a ustedes. Un chiquito nace y en el nacimiento, la madre muere. Inmediatamente, como había donado sus órganos, le ponen su corazón a un adulto de género masculino. Y después de esto vemos a este chiquito que está en brazos de la tía, en brazos del papá, en brazos de todo el mundo, llora. Y de repente, lo agarra en brazos este hombre que lleva el corazón de la madre y el chico está completamente calmado. Es decir, está conectado con el corazón de la madre, específicamente.

Por otro lado, hay otra cosa muy conmovedora. Imagínense que ustedes buscan una fábrica alemana, como la Grundig, que produce grabadores, produce tocadiscos, produce qué sé yo, aparatos de radio, televisores, y usa elementos. Estos elementos son, por ejemplo, transistores o determinados circuitos preformados. Y bueno, ¿qué pasa? Que la fábrica Grundig va a usar los mismos transistores para ponerlos en el televisor o para ponerlos en el magnetófono. De la misma manera parecería ser que nuestros desarrollos biológicos han hecho una cosa muy semejante. Porque ustedes saben que nosotros descendemos de los mamíferos y ustedes saben que los pulpos descienden de los moluscos. Y sin embargo el ojo del pulpo es exactamente, está construido de la misma manera, con la misma ingeniería por así decir, que el ojo humano. Y, sin embargo, la línea evolutiva es completamente diferente. Es como si hubiera un diseñador que dice, este ojo salió bien pongámoslo en los mamíferos o pongámoslo en los moluscos.

De manera que tenemos diferentes especies, pero también dentro de las diferentes especies tenemos otras especies, que se llaman órganos. Y también por otro lado tenemos los megaorganismos. Es decir que algo que considerábamos un individuo, y lo es, porque ¿qué es un individuo? Algo que, si se lo divide, deja de ser lo que es. Si uno toma una hormiga y la corta en dos mitades, deja de ser una hormiga. Pero también hemos llegado a comprender que el hormiguero también es un individuo y que las hormigas para vivir necesitan ese hormiguero. Si ustedes se imaginan que viene una empresa y fumiga y mata a todas las hormigas que están en el hormiguero, si alguna hormiga quedó caminando por alguna mesa del jardín, totalmente separada del hormiguero, esa hormiga desaparecerá. Es decir, para vivir necesita el hormiguero.

También hemos comprendido que las maneras en que se organizan y se traban, o sea, la palabra es “se organizan”, estas distintas estructuras biológicas, tiene distintas maneras. Una es la manera continente-contenido, es decir, la manera de las cebollas, otra es la manera de estructura arbórea, como por ejemplo los árboles o también el árbol circulatorio que se divide en ramas. Y la otra es las redes multifocales, como por ejemplo lo que ocurre dentro del cerebro, donde no hay ninguna neurona presidente. Esa es otra cosa que hemos descubierto después de un prejuicio que duró muchos años, creer que adentro del cerebro había un presidente del cerebro. Hoy sabemos que no es así, que son nodos funcionales completamente transitorios. No hay ninguna neurona presidente en el cerebro, de la misma manera que en esta otra red que es la red multifocal, es internet, por ejemplo. ¿Ustedes conocen a alguien que preside internet? No. Bueno, esto es algo muy importante y a esto se agregó el haber comprendido lo que son los fractales, que de alguna manera son estructuras que se repiten y dentro de esas estructuras están las mismas estructuras, y esto ad infinitum.

Bueno, y por fin nos encontramos con otra cuestión evolutiva muy interesante, que forma parte de todas estas conmociones que estoy tratando de comunicar, estas conmociones conceptuales que tiene hoy la ciencia. Y esto tiene que ver con que se ha descubierto, mucho antes de descubrir la complejidad, que durante una época las organizaciones humanas se reunían en estructuras sociales básicas, cuya representación más esquemática es la tribu. Dicho sea de paso, este es un tema muy interesante porque ustedes recordarán que hoy en día se está muy fascinado por el hecho de que hay tribus urbanas, que funcionan adentro de una sociedad que ya dejó de ser una sociedad tribal. Bueno, lo interesante es que cuando el hombre vivía dentro de una tribu, el concepto de Yo no existía. Y no existía, no solo porque se ignoraba la paternidad de los hijos, sino sobre todo porque ese Yo, no me refiero a ese Yo que conocemos dentro de la teoría psicoanalítica como la instancia psíquica que maneja la memoria, la atención, no, me refiero al Yo pronombre personal, al Yo cuando dice “aquí estoy yo”, y se siente Yo, ¿no? Bueno, en la vida tribal el Yo no existía, no existía el concepto de este Yo. Y de pronto, y esto fue un enorme progreso, la humanidad pasó de tener una estructura social basada en la tribu a una estructura social basada en la familia. La familia viene de famulus, que tiene que ver con la gente que comía junta, bajo un mismo techo. Y ha sido un progreso enorme porque adentro de la familia nació como un progreso conceptual esta idea de la persona que soy, dentro de otras personas que están al lado, pero son diferentes. Esto que fue un progreso enorme, hoy sabemos que ha llegado a una culminación exagerada. Con esto vuelvo a lo que dije antes, se acuerdan cuando dije que hoy en día una de las críticas fundamentales es este individualismo que mejor sería decir personalismo. ¿Qué es este personalismo? Es la idea equivocada de que todo ser vivo sano dice “señores, yo primero”. ¿Por qué? Porque ese es el mandato biológico. Mi primera responsabilidad la tengo para cuidarme. Como ustedes comprenden, esto está metido en la médula de nuestros huesos y lo interesante es que ya estamos viviendo una época en que esto ya pasó su punto óptimo y empezó a funcionar mal. Y entonces empezó a surgir el tema de la crisis personal, las dificultades para integrarse en una pertenencia grupal y, por último, esta especie de hipertrofia yoica que es lo que se critica hoy como egoísmo, personalismo.

Bueno, antes de hablar de la necesidad del psicoanálisis dentro de este mundo tan cambiante que estamos viviendo, me parece interesante hablar de un mundo dentro del cual estamos viviendo también, que a los que nos dedicamos al psicoanálisis nos importa mucho, que es el mundo psi. O sea, hay un mundo psi. Un mundo conformado por un conjunto de personas que se especializaron en la psicoterapia psicoanalítica, o mejor en la psicoterapia, porque no todas son psicoanalíticas. Bueno, dentro de esto podemos mencionar algunas cuestiones que son interesantes, aunque más no sea para prestarles una mínima atención. El hecho de que toda psicoterapia se encuentra con un sujeto que está viviendo adentro de un consenso público, la mayoría de cuyas influencias no son conscientes, pero son enormemente eficaces. Es decir que en el contrato psicoterapéutico que hace cualquier psicoterapeuta, sea cual fuere su ideología, va a encontrarse con un cierto conflicto con un consenso público. La otra cuestión importantísima, y me parece lindo decirlo a través de una metáfora, es que cuando un paciente es atendido por un psicoterapeuta, imaginémoslo que ahí lo tenemos en el diván, el psicoterapeuta sentado detrás, y el psicoterapeuta dice estoy psicoanalizando a Juan Pérez, en realidad él ya se tiene que empezar a dar cuenta de manera más consciente o menos consciente, porque si no lo tiene consciente igual se le va a presentar como una extraordinaria dificultad, que él no está analizando a una persona. Él está analizando a través de esa persona al conjunto humano dentro del cual esa persona vive. Es como si fuera el paciente la cara de un poliedro que configura su vida, y en ese poliedro está su familia, su grupo de pertenencia, su pueblo, su identidad nacional, todo lo que configura estos lugares que configuran el conjunto entero de su vida de manera indivisible. Bueno, ¿no les parece a ustedes importante que el psicoterapeuta se dé cuenta que él está analizando un poliedro a través de una de sus caras? ¿Que lo que él tiene ahí es la cara de un poliedro y que cuando él está tratando de comprender esta cara de alguna manera está reverberando el poliedro completo con todos sus contenidos? Es decir que uno quiera que no, analiza al paciente que vive en un consenso colectivo. Bueno, y ¿qué es lo que nosotros vemos en nuestro consenso colectivo? Bueno, vemos una extraordinaria crisis de todo lo que tiene que ver con el deber, una desmoralización y un desánimo que lleva a que sea muy común que el sujeto sienta que tiene que tratar de evadir los deberes, sobre todo porque los deberes están cada vez más confusos, más discutibles y más discutidos.

Por otro lado, esto tiene que ver con el deber, fíjense, estamos hablando siempre de poder, querer y deber. Y con el deber, y con el poder ¿qué pasa? Bueno, el poder actualmente, vivimos en un enorme desequilibrio del poder. Mientras que en algunos sectores el poder tecnológico ha crecido de una manera astronómica, desde otro punto de vista vivimos en una impotencia relativa porque hay un montón de cosas absolutamente, frente a las cuales somos absolutamente impotentes y paradójicamente este poder desequilibrado, cuanto más poder es, en la medida en que está desequilibrado, genera más desequilibrio. Y, por otro lado, ¿qué pasa con el querer? Lo que parecería caracterizar la crisis del querer de nuestra época es que lo que más abunda frente al querer es la ubicuidad con que sentimos que las cosas no alcanzan para satisfacer nuestro querer. Vivimos en un mundo donde nunca alcanza. Siempre lo que queremos lo tiene el otro, esto es enormemente vigente. Yo diría que si miramos con atención veremos que esto es, por así decir, la quintaesencia de nuestra disposición quejumbrosa. Nos estamos quejando de que lo que queremos lo tiene otro. Otra cosa importante en este mismo sentido, pensamos, lo hemos dicho de muchas maneras, que la constitución de nuestra vida en sociedad, se caracteriza por tres cuestiones importantísimas, que forman un trípode cuyo desequilibrio se paga muy caro. Este trípode está formado por el contacto, la conmoción y la trascendencia. El contacto es lo que solemos caracterizar como presencia, es decir, esto que nos permite tocarnos. La conmoción es el poder compartir, en consonancia o en disidencia, una situación emocional. Y la trascendencia es sentir que estamos marchando en alguna dirección que le da sentido a nuestra vida. Bueno, ¿qué es lo que vemos hoy? Vemos que, como nunca, ha ocurrido una pérdida de contacto, una pérdida de presencia enorme, que la trascendencia ha quedado subyugada por el enorme atractivo de pensar que lo fácil es más valioso que lo difícil, y esta especie de vocación hacia lo fácil, ha deshecho toda trascendencia. Y entonces ¿con qué nos encontramos hoy? Nos encontramos que hemos perdido el contacto y hemos perdido la trascendencia. Uno lo perdimos por la distancia social, y no me refiero a Argentina, me refiero al mundo. Lo otro lo hemos perdido por nuestro amor a la facilidad y sólo nos queda una conmoción solita que, apoderándose de todo, se transforma en una conmoción indiscriminada y que de alguna manera nos genera un enorme malestar emocional. Hoy en día, carentes de contacto y carentes de trascendencia nos sentimos sacudidos por esta conmoción inmanejable.

Buen, de progresar. Separando bien y juntando bien se progresa, separando mal y juntando mal se retrocede. Esto parecería ser una cuestión obvia, sin embargo, no es tan obvia. Fíjense ustedes, para la cuestión de lo que es juntar mal, hay un ejemplo privilegiado que forma parte de un proverbio, confundir aserrín con pan rallado. Confundir aserrín con pan rallado es juntar mal dos cosas, que no se pueden juntar. En cuanto a separar mal, hay un ejemplo privilegiado. Tan privilegiado que más allá del valor de chiste que tiene, y no por casualidad tiene valor de chiste, es enormemente representativo. Es un señor que está leyendo el diario, viene su mujer y le dice: ¿sabés que la mucama se va? Y él le dice: problema tuyo. Y, pero dice que está embarazada. Problema de ella. Sí, pero dice que el hijo es tuyo. Problema mío. Es decir, fíjense ustedes que al separar de este modo el problema aparentemente desapareció. En realidad, lo que desapareció es la adecuación del suceso con la actitud que se toma. Porque esta actitud seguramente no resuelve nada. Resuelve, por así decir, por unos pocos minutos, una situación que nadie daría por resuelta. No se me ocurre otro ejemplo mejor de lo que es separar mal. Bueno, forma parte de esta separación el ocultar el desequilibrio justamente. ¿Qué pasa con esta separación que hace este señor entre estas tres cosas? Se está ocultando el verdadero problema. Bueno, esto también se puede decir de muchas maneras, como por ejemplo que los árboles no nos dejan ver el bosque. También sabemos que hay momentos en que tenemos que ver el bosque y hay momentos en que tenemos que ver los árboles. El asunto es separar bien y juntar bien, o separar mal y juntar mal.

Acerca de esta cuestión de separar mal tenemos ejemplos muy conmovedores, que no puedo dejar de citarlos porque de alguna manera tendemos a negar el enorme impacto que están teniendo sobre nuestras vidas y que nosotros nos encarnizamos en negar lo que está sucediendo. Por ejemplo, cosas como la drogadicción, que se puede ejemplificar como la ratita que le pudieron implantar un electrodo de tal manera que cuando ella presiona una palanquita el electrodo le da una descarga muy placentera de dopamina. Y ¿qué ocurre con la ratita? Que de ahí en adelante no hace más nada que apretar la palanquita y muere apretando la palanquita, y su vida se transforma en apretar la palanquita. Mejor descripción de lo que es una adicción perjudicial, sea a la droga o sea cualquier tipo de adicción, no puede darse. Y al mismo tiempo sirve como ejemplo de lo que es separar esto del conjunto de mi vida. Bueno, esto parece una cosa que, grosera patología. Pero, ¿y el uso del teléfono celular que estamos viendo? Es decir, es realmente impresionante ver cómo las personas se llevan el teléfono celular, adentro de su casa mientras viajan, viajan con el teléfono celular. Lo llevan al baño, del baño lo llevan a la cocina, de la cocina lo llevan al comedor, y estén donde estén, están con el teléfono celular. Bueno, ustedes podrían decir bueno, el teléfono celular tiene cosas muy positivas. Por supuesto que sí. Pero ahora empecemos a reflexionar porque de esto se ha escrito mucho. ¿Quiénes son los usuarios de internet? Somos usuarios de internet, ¿nosotros y nuestros hijos? ¿O los verdaderos usuarios son los que pagan la propaganda que nos llega a través del uso del teléfono? Bueno, sobre esto se ha escrito mucho y muy bien. Por ejemplo, una de las cosas muy conmovedoras es decir que, en nuestra sociedad actual, una ballena en su hábitat natural o un árbol en su hábitat natural en el bosque, no tiene tanto valor como es un árbol procesado en una pila de madera, para hacer una construcción. O una ballena procesada en sus elementos que van a ser industrializados. Bueno, uno dice bueno, pero también esto es parte del progreso. El asunto se torna muchísimo más complicado, cuando empezamos a tomar conciencia que la ballena y el árbol procesados somos nosotros, los usuarios del teléfono. Somos procesados por un montón de productos vendidos. Entonces nos damos cuenta de que necesitamos juntar bien. Y juntar bien ¿qué? Bueno, lo primero que necesitamos juntar bien, son la física, la biología, la psicología, la sociología y la economía. Pero también las actividades como la medicina, la política, la pedagogía, el arte y el deporte. ¿Por qué? Porque vistos por separado corremos el riesgo de estar procesando mal nuestro contacto, no solamente con las ciencias sino también con la ciencia aplicada. Por eso empezaron a surgir, hace ya casi unos ochenta años, las ciencias duales como la psicofísica, desde la física, la psicosomatología, desde la medicina, y desde la psicología, la parapsicología. Pero también estamos frente a una situación muy conmovedora. Y es que por primera vez empezamos a comprender que, cuando el hombre pasó del predominio del pensamiento mágico al predominio del pensamiento lógico y se inauguró la edad moderna, la magia se bifurcó en dos magnas dedicaciones del hombre a dos distintos modos del conocer. La religión por un lado y la ciencia por el otro. Pues bien, no es un secreto que esto ha desaparecido de nuevo, que esta situación tan dramática que ocurrió hace ya digo, unos ochenta años, en realidad más. Estoy refiriéndome ahora a lo que ocurrió, que culminó con el nacimiento de la edad moderna, fue muy anterior, pero fue una enorme crisis, la salida de la cual fue tan importante que se llamó Renacimiento, en donde se bifurcó la magia en religión y ciencia y así se pudo progresar durante mucho tiempo, pero ahora parecería ser que hay una conciencia cada vez mayor de que esto se está juntando de nuevo y que la religión y la ciencia se tienen que volver a juntar para conducir a una nueva ciencia y una nueva religión. Esto yo creo que es muy importante, fue anterior al descubrimiento de este tipo de crisis fue anterior al descubrimiento del tema de la complejidad. Ustedes ¿saben qué es este descubrimiento del tema de la complejidad? Muy sencillo, muchas cosas son muy eficaces, nos permiten una técnica enormemente exitosa. Si un sujeto atraviesa un vidrio y se corta la arteria femoral, en pocos minutos, si no se frena la hemorragia, se muere. Ahí es tan clara la relación entre esta causa magna y el efecto, que es muy fácil, técnicamente, saber qué es lo que hay que hacer. Esto es lo que se llama causalidad lineal. ¿Qué es causalidad lineal, para decirlo en dos palabras? Es que hay una causa tan importante que produce un efecto tan inmediato que se define por sí sólo el éxito en la operación técnica. Pero en el camino sucedió que se empezaron a descubrir situaciones que no son de casualidad lineal, que son complejas. ¿Qué es esto de la complejidad? Ustedes lo conocen porque se ha publicado muchísimo con el asunto del efecto mariposa. Una mariposa mueve las alas en Pekín y se produce un tornado en la costa de Florida en los Estados Unidos. Esta situación compleja, en donde pequeñas causas producen grandes efectos, llevaron a comprender que las técnicas que sirven para la causalidad lineal, cuando se quieren usar en la causalidad compleja, siempre empeoran lo que se procura mejorar. Bueno, esto explica, por ejemplo, lo que ocurre en medicina con la iatrogenia que es cuando el médico, de buena fe y con procedimientos correctos empeora lo que quiere mejorar, porque trata una causalidad compleja como si fuera lineal. Para esto por suerte hay un nombre en medicina que se llama iatrogenia y no es casual que la iatrogenia figure entre las primeras tres causas de muerte. Fíjense que no es la mala praxis, es la iatrogenia hecha de buena fe y según lo que la medicina sabe. Pero en realidad es el inconveniente es usar para la causalidad compleja lo que sólo sirve para la causalidad lineal. En las otras actividades sucede también. Sucede en la economía, sucede en la política, sucede en la pedagogía, no tiene el nombre iatrogenia, pero si tuviéramos que decir ¿con qué nombre se describió este tremendo error? Se lo describió con un nombre genérico, que se llama intervencionismo. Es decir que cuando se llama intervencionismo a tratar una realidad compleja como si fuera lineal sabiendo que de este modo se la empeora. Bueno, esto es un asunto importantísimo porque es otra de las cuestiones que caracterizan nuestro mundo actual, el intervencionismo.

Y la tercera cuestión, muy importante, que caracteriza por primera vez en la historia de nuestra civilización humana el momento actual, es lo que se llama globalización. Nunca como hoy el mundo reacciona de manera tan ligada, de manera global y a través del establecimiento de redes que escapan por completo a la posibilidad de controlarlas. Así como se dice que en el cerebro no hay ninguna neurona presidente, todos sabemos que lo mismo ocurre con internet, ahora lo más importante de todo esto es que este tema de las redes no es una cuestión que solamente está en el cerebro o está en internet, no. Esta cuestión, de alguna manera, toca fenómenos que son fenómenos de red. Y otra cosa muy importante también es que en esta mutación de la consciencia que llegó a comprender la complejidad y también esto de la globalización, también hubo transformaciones en la ciencia, por ejemplo, en la física, que escapan a toda representación intuitiva. Cuando nosotros decimos, yo no entiendo qué es esto de la cuarta dimensión, qué es esto de lo espacio temporal, qué es esto de la teoría de los cuanta, porque creemos que entender es tener la capacidad de darle una representación intuitiva. Qué es una representación intuitiva, es una representación que de alguna manera funciona con los hábitos que tienen nuestros sentidos para transformar en conceptos nuestras percepciones.

Bien, entonces nos encontramos con cosas muy conmovedoras. Por ejemplo, así como nosotros, si filmamos lo que pasa cuando en una mesa de billar se juntan dos bolas y chocan y se separan, esto es absolutamente reversible. Podemos pasar la película al revés y no nos damos cuenta, porque las bolas que se chocan y se separan, si la pasamos al revés pasa exactamente lo mismo. Obviamente no pasa esto si rompemos un huevo. Pasamos la película al revés y el huevo se junta y decimos no, esto no es posible. Bueno, esto lleva, ¿por qué lo menciono? Porque tiene que ver con una cosa importantísima que ha cambiado por completo la física. Esto fue una de las, así como Einstein y Planck fueron los constructores principales de la teoría de los cuantas y la relatividad, fue Prigogine el constructor de esta cuestión tan importante que cambió la física, en donde se pensaba que el mundo iba hacia su degradación térmica y Prigogine lo formuló de otra manera, y hoy en día esto de alguna manera ocupó el lugar que antes ocupaba una termodinámica clásica. Ya no se piensa que el universo marcha hacia una igualación térmica que es igual a no haber más movimiento, y entonces surgió esta posibilidad. El orden frecuentemente conduce al caos. El caos nunca conduce al orden, se pensó. Hoy en día no se piensa así, hay dos tipos de caos y no se sabe a priori [cuál es] el caos que no deja de ser caos y el caos que conduce nuevamente al orden. Y esto ha cambiado muchísimo la situación, al punto que ya no nos atrevemos a decir que cuando algo está muy mal, esto va a ser peor. Porque sabemos que muchas veces de ese caos renace un orden nuevo. Esto es muy importante saberlo, justamente porque yo creo que lo que caracteriza nuestra época actual es que estamos viviendo un especial desorden.

Bueno, ahora quiero mencionarles, nada más que para mostrar la universalidad de todo este asunto de las redes, quiero mencionarles unas características que forman las redes. Primero, las redes son autogestantes, es decir, funcionan solas, no funcionan porque una voluntad la armó y la red continúa siguiendo lo que la voluntad inicial le puso. Esto es muy importante porque sucede también con los programas de computación, y segundo, como dijimos antes, las redes no tienen presidente. Bueno, la familia, la pertenencia y la ciudad es una red. La trama ecológica de las especies es una red, Internet obviamente es una red, el comercio internacional es una red que nadie dirige. La distribución eléctrica de una ciudad es una red, el tráfico aéreo es una red. Los caminos entre las ciudades son una red, las citas bibliográficas son una red. Las neuronas del cerebro, también. Las crisis epilépticas son una red. El ciclo metabólico del adenosin trifosfato es una red. Las proteínas del plasma genético son una red. La sincronización del período menstrual en las mujeres que viven juntas es una red. Las luciérnagas que se iluminan al unísono es una red. Las células del sincicio del músculo cardíaco. El contagio y las epidemias de virus, de ideas virales y de aprendizajes verbales es una red. El sexo libre en una sociedad es una red. Y, por último, dentro de estas redes la información crece sola y se acumula y se acumula y se acumula y ya nadie tiene acceso a ella. De la información acumulada en los sótanos donde las computadoras intercambian conocimientos, solamente se tiene acceso, y no muy fácil, pero se calcula que a un 60 % a lo sumo. Lo más importante para comprender está dicho con una metáfora hermosa, que la usa uno de los especialistas más reconocidos en este tema. Y es que una red es una tela sin araña. Es una tela que se teje sola. Dentro de esta tela tenemos los conectores múltiples. Ustedes los conocen porque son los nodos. También los conocen por su nombre inglés, hubs, que van a ver que prenden la televisión y dice que hay que esperar por el hub. Y también tienen otros nombres, por ejemplo, influencers, por ejemplo, facilitadores. Lo importante es que dentro de esto se dice, la popularidad engendra popularidad. Pero no solamente sucede eso, sino que la riqueza engendra más ricos y la pobreza engendra más pobres. Y esto sucede independientemente de las intenciones, está adentro del funcionamiento automático de las redes.

Bien, como ustedes comprenderán esto se ha estudiado mucho y es un tema fascinante. Por ejemplo, una de las cosas más fascinantes de este asunto de las redes es lo que se conoce como la ley del 80/20. yo les digo todo esto para hablarles primero del mundo. Después hablaremos de la necesidad del psicoanálisis, pero ya falta poco. Miren, el 80% de las arvejas, que está en el 20% de las vainas de una producción agrícola. El 80% del territorio italiano está en posesión del 20% de propietarios. El 80% de los beneficios de una empresa los produce el 20% de los empleados. El 80% de los reclamos lo produce un 20% de los clientes, esto es bastante comprensible, ¿no? el 80% de las decisiones de un comité se produce en el 20% del tiempo destinado a las reuniones. Y lo más interesante de todo, porque es muy gráfico, es que el 80% de los crímenes lo produce el 20% de los criminales. Y la lista es interminable. Y esto, diríamos, muestra que allí se producen cuestiones que, de alguna manera, no dominamos.
Por último, quisiera decir que una de las cosas más importantes de este mundo en el cual vivimos es que vivimos adentro de binomios. Los binomios son: por un lado, la sustancia, por otro lado, la forma. Por un lado, la cantidad, por otro lado, la calidad. Por un lado, el estado y por otro lado el acontecimiento. Por un lado, el espacio y por otro lado el tiempo. Por un lado, el cuerpo, por otro lado, la mente. Por un lado, el inconsciente, por otro lado, la consciencia. Por un lado, el signo, por otro lado, el significado. Por un lado, las diferencias, por otro lado, las importancias. Por un lado, el carácter, por otro lado, el destino. Por un lado, las circunstancias y por otro lado, lo que llamo Yo.

Bueno, esto es, como ustedes comprenderán, una rapidísima panorámica que lo único que intenta es mostrar la cantidad de cuestiones que están en crisis en nuestro mundo de hoy.
Ahora vayamos a la necesidad del psicoanálisis. Frente a todas las cosas que estamos viviendo, tenemos que reconocer que abunda muchísimo una interpretación simplista. Yo se las voy a decir en dos sentencias y ustedes dirán si ustedes piensan que esto es ubicuo o no. Frente a lo que está pasando, dos sentencias resumen la interpretación simplista. La primera es que: “todo esto pasa por la insensibilidad de los mercados”, la segunda es que: “todo esto pasa por la negligencia de los estados” o de los gobiernos si ustedes quieren. Bien, después de todas las cosas que hemos dicho no cabe duda de que esto es una interpretación simplista y que el psicoanálisis nos conduce en otra dirección. Volvamos entonces sobre el psicoanálisis y ya con esto termino rápidamente. Suele creerse que la contribución de Freud ha sido descubrir la existencia de lo inconsciente. Esto no es verdad, esto no es la contribución más importante de Freud. En primer lugar, porque hubo antecesores, que…que conocían la existencia de lo inconsciente. Pero lo más importante es comprender es que lo que sí descubrió Freud es que había un inconsciente reprimido que retornaba bajo la forma de algo que pagaba un precio, que se podía intentar mejorar. Ese es el descubrimiento de Freud, no que existe lo inconsciente, que el inconsciente reprimido retorna como síntoma, paga un precio. Esto llevó a la cuestión que a Freud lo entusiasmó tanto y fue tan positivo todo lo que surgió que lo llevó a quedarse con la idea de que, se le quedó un pedazo, por así decir de este asunto y es que cuando descubrió el famoso Complejo de Edipo dijo, frente al Complejo de Edipo lo que podemos decir es que hay una represión exitosa ¿Qué es la represión exitosa? Que se sepulta en lo inconsciente y allí se queda. Y esto sepultado en lo inconsciente, pensó Freud es la represión exitosa, es decir, no produce este retorno de lo reprimido. Bueno, hoy no pensamos así, pensamos que esto lo llevó al pesimismo de Freud que pensaba que estas características eran producto diríamos, del defecto caracterológico que tenemos los humanos. Esto lo llevó a ser muy pesimista ¿por qué? Porque lo que hoy pensamos es que, este inconsciente sepultado igual manda retornos, pero que son tan comunes que se consideran normales, que son los “cuatro gigantes del alma”: la envidia, la culpa, los celos y la rivalidad que son ubicuos. Tan ubicuos que inclusive, muchas veces, los gobiernos estimulan la rivalidad creyendo que la competitividad trae desarrollo. Esto es falso. La competitividad trae desarrollo hasta que no se vence al competidor. Cuando se lo vence conduce al monopolio. Bueno, pero de alguna manera, de allí, de esta condición tan mal resuelta por el sepultamiento del Complejo de Edipo. Vamos a lo que dice William Blake, cuando dice: el deseo insatisfecho engendra pestilencias. ¿Qué son esas pestilencias? Bueno, son el retorno de estos cuatro gigantes, conduce a la encrucijada de los caminos de Tebas, matar o morir que es lo que genera la rivalidad entre padres e hijos, el famoso tema de la peste jamás erradicada y el punto más importante de todo esto es que lo reprimido no evita el acceso a la esfera motora del Yo. Por eso existen los actos fallidos. Es decir, que una cosa es reprimir y otra es impedir. De ahí vamos a que el amor y el odio se implican mutuamente y esto nos lleva a toda la enorme literatura: el Jardín del Edén; del Ángel caído, que es Lucifer; de la Tentación del demonio, que es el ideal; de las Utopías y las Distopías; de los Ángeles y los Demonios. Bien, para terminar, Freud mencionó que Copérnico le había infligido al hombre la primera injuria narcisista mostrándole que la Tierra no era el centro del universo, que Darwin le infligió la segunda injuria narcisista mostrándole que el hombre no era el rey de la creación ni era totalmente diferente. Y bueno y Freud, Freud le infligió la tercera cuando dijo que la condición… que la consciencia no nos gobierna, que nosotros estamos movidos por factores inconscientes que muchas veces ignoramos. Bien, yo creo que en el camino que inició Freud y que nos condujo a los psicoanalistas hasta dónde estamos hoy, tenemos que empezar a considerar una cuarta injuria y es que no somos los propietarios de nuestra vida; nacimos sin querer, moriremos sin querer, más bien podríamos decir que somos inquilinos de nuestra vida y que solo se puede ser siendo con otros mientras tanto. Ahora bien, cuando Freud dijo que lo reprimido retorna, nos estaba diciendo, el pasado no terminó de pasar, continúa existiendo, es un pasado vivo, es un pasado que no terminó de pasar. Yo creo que estamos en condiciones de decir algo tan conmovedor como eso y sería lo que nos enseña el psicoanálisis, no es lo mismo ver que resolver, y el gran malentendido es creer que el psicoanalista es el que resuelve. El psicoanalista ayuda a ver, resolver es cuestión del paciente. Este para mí es un futuro que recién comienza y creo que hacemos un avance muy grande si nos damos cuenta que el psicoanálisis es hacer consciente lo inconsciente, lo que se hace con eso es solamente cuestión del paciente. Él es el que, de alguna manera, continúa a cargo de su vida. Bueno, me quedo aquí y les agradezco vuestra atención.

PARTICIPACIONES

Lic. Cristina Miró: Dr. Chiozza, gracias por la conferencia que es para seguir pensando, con todo lo que usted trajo, pero se me perdió esto, cuando usted habló de la importancia del contacto, la conmoción y la trascendencia, se me perdió el significado. Entendí algo, pero me gustaría que vuelva sobre este tema, con respecto a los seres humanos en dónde está la… esta conmoción afectiva inmanejable. Le entendí que relacionó la búsqueda de lo fácil con la dificultad para buscar algo que nos trascienda, con esta espiritualidad que no se alcanza o que no se puede desarrollar. Pero se me pierde algo esta idea y la importancia de la presencia de los otros en el contacto. Me parece que no entiendo el verdadero significado que usted le da y la importancia. Y después también esta idea de los deberes confusos, cada vez más discutidos. Y bueno, otra vez, gracias por la conferencia. Y después ¡ah! una pregunta más que le quería hacer es cuando usted habla del sepultamiento del Edipo y del retorno de lo reprimido, que trae Freud, el retorno de lo reprimido y que aparece como la envidia, la rivalidad, los celos, la culpa, esto lo relaciona también con la peste, con la peste de Tebas. Y por ejemplo este Covid que aparece ahora y que tanto temor produce en la gente ¿lo podría relacionar con algo de esto?

Dr. Luis Chiozza: No le entendí qué se puede relacionar con esto

Lic. Cristina Miró: como este miedo a la peste de Tebas y como este… por esta culpa edípica. Si se puede relacionar con algo de esto, de…que está sucediendo ahora y este terror que se tiene al Covid. Bueno, gracias otra vez.

Lic. Silvana Aizenberg: Luis, bueno, primero para agradecerte y felicitarte por tu conferencia. Fue muy rica. Hay muchas cosas que fuiste planteando. Algunas por supuesto, no todas las podemos seguir, o yo por lo menos no pude seguir muy bien, sobre todo la primera parte. Entonces, bueno, quiero hacerte simplemente dos preguntas. Una, respecto a cuando vos planteás, que cuando analizamos a los pacientes analizamos a un conjunto humano, digamos, al que el paciente pertenece, el conjunto humano con el que el paciente vive, creo que entiendo a qué te referís. De todas maneras, bueno, me gustaría si pudieras decir un poquito más acerca de esto. Y después, otra cuestión que vos planteaste acerca de la crisis actual, del mundo actual, una de las cosas que vos decís es que la sensación de que las cosas no alcanzan para satisfacer nuestro deseo y nuestro querer. Ahora, pero yo pensaba, pero esto de que las cosas no alcanzan, que lo que queremos lo tiene el otro es algo que, digamos, no es nuevo, porque, por ejemplo, la envidia, los celos, etc. obviamente no es algo nuevo entonces quería ver qué lugar le dabas a esto en este momento, en esto que vos planteás como la crisis actual. Bueno, en principio esto. Gracias.

Lic. Máximo Mosquera: Dr., muchas gracias por la conferencia y todos los temas que nos trajo. El último tema que usted mencionó me parece que me iluminó el plan de todo lo que estábamos hablando, cuando usted decía, la tarea del psicoanalista es ayudar al paciente a ver, y qué se haga con eso es responsabilidad del paciente. Yo sentía que la presentación de la conferencia de hoy fue algo así, como que usted nos ayudó a ver y que en algún sentido tomemos consciencia o no sé cómo decir, avistemos el mundo que estamos viviendo y que será nuestra responsabilidad, del auditorio, que nos vamos ahora, qué haremos con eso. Pero yo quería preguntarle, cuando nosotros como analistas trabajamos con los pacientes, los ayudamos a ver ese punto que les urge en su vida. Y quería preguntarle si esto sería nuestro punto de urgencia comunitario o societario, el que usted nos está mostrando en esta conferencia de hoy. Y nuevamente muchas gracias.

Dr. Luis Chiozza: Bueno, Cristina, sí, el contacto, la conmoción y la trascendencia, decimos de tres maneras algo que conforma nuestra convivencia. Lo que cabe subrayar ahora es que la distancia social generó una pérdida muy grande de este contacto. Porque por contacto, hablamos contacto de piel a piel. Cuando usted se da la mano con la gente, inclusive hoy en día, usted puede estar en presencia de otra persona y le pone el puño o la punta del codo. No es lo mismo. Y a la trascendencia la mata el facilismo. Con tanta idealización de lo fácil, con tanta búsqueda de lo fácil, cada vez se pierde más lo trascendente, aquello que da sentido. Y entonces ¿qué queda?, queda sólo la conmoción. Ahora, la conmoción emocional privada del contacto y condicionada por este facilismo se genera en un desequilibrio que hace que vivamos perturbados por una conmoción desordenada y malsana que hace que sea una conmoción que no encuentra cauce, se sale de orden. Esto yo creo que es importante porque yo creo que nosotros tenemos que darnos cuenta de que estos dos años que pasamos, cometeríamos un gran error creyendo que son solamente dos años. Porque, claro, dos años, los dos tuvieron trescientos sesenta y cinco días. ¿Pero acaso estos dos años son los mismos que los dos años anteriores? De ninguna manera, pasaron cosas muy condensadas, mundiales, globales, juntas. Trastocaron montones de cosas en poco tiempo. A ver, los tiempos no son iguales. Por ejemplo, usted necesita un montón de tiempo y esfuerzo para armar, imagínese, la cosa más sencilla, un castillo de naipes, hace así (sopla) y en un segundo desapareció. Bueno, montones de cosas que desaparecieron no fueron cosas que se armaron en el mismo tiempo en que desaparecieron y desaparecieron muchas. Y cambiaron de pronto y generaron mucho desconcierto. Hay vidas que se trastocaron completamente. Esto hace que estos dos años sean dos años con una cualidad que no se mide solamente porque cada uno duró trescientos sesenta y cinco días. Entonces, a mí me parece que esto es un tema muy importante. Y en cuanto a los deberes confusos yo creo que tiene que ver también con esto mismo, porque en semejante desorden ya, de alguna manera, no se sabe bien qué es lo que se debe hacer. Me parece que esto es importante. En cuanto a la cuestión de la peste y el miedo a la peste, me parece muy importante. Yo creo que estos cuatro gigantes, de alguna manera, resumen la verdadera peste jamás erradicada. Y ahora viene una cosa muy interesante que yo creo que por primera vez se lo escuché a Gustavo esto, que él muy acertadamente subrayó que esto no es otra cosa que un predominio del principio del placer que resume todo en un solo enemigo. Mire qué fácil, no tenemos otro problema que un virus, se acabaron todos los problemas, no existe el cáncer, no existe el accidente cerebrovascular. No existe nada. No existen los accidentes de moto, sólo existe un solo perseguidor. Pero esto es absolutamente delirante. Es una, una diríamos…el haber reducido… qué fácil reducir todo el peligro humano a una sola cosa que se pone al principio y condiciona todo. Y lo que condiciona, las pruebas son abrumadoras de varias cosas, que me cuesta decirlas porque son muy impopulares. La primera es que no es cierto que es lo peor que nos está pasando. Están pasando muchas cosas malas que siempre pasaron. Se computan los accidentes de los muertos por coronavirus, pero nadie sabe cuántos mueren de dengue, cuántos mueren de malaria, cuántos mueren de enfermedad de Chagas. Yo no sé, capaz que mueren menos pero no se trata de eso, se trata de que todo queda ahí. Y la segunda cuestión es que se dicen cosas que…son difíciles, no hay experiencia y se dan como seguridad cosas que despiertan muchas dudas. Y bueno, y no es fácil llegar a formarse una opinión realmente confiable, bien sustentada. Yo no me siento capacitado, ni nunca me sentí motivado para decir, voy a ver esto y estudiarlo. Primero, porque no es fácil y segundo, porque me conmueve mucho más este despropósito inicial.

Silvana, este asunto de que nosotros vemos, analizamos, que el paciente es un poliedro porque él no está determinado solamente por lo que pasa entre él y yo. Este hombre o esta mujer está viviendo una vida compleja, con objetos significativos que transitoriamente en este momento puedo ser yo y puedo ser un representante muy importante en su vida, pero en realidad soy un representante de montones de vínculos que configuran todo un armado. Cuando uno interviene, no interviene sólo sobre lo que le pasa conmigo. Y yo me tengo que dar cuenta que lo que yo estoy analizando no es solamente su relación conmigo y ni siquiera estoy analizando su relación con todos sus objetos. Estoy analizando algo desde su ventana, pero que implica montones de vínculos complejos y difíciles. Bueno, esto no quiere decir que esté mal pero sí que tenemos que tener consciencia de que nos estamos, vamos a decirlo mal y pronto, nos estamos metiendo con cada paciente, estamos metiendo nuestra nariz y nuestra influencia en un conjunto humano que no es ese paciente solo. Es más, hay un montón de personas a quienes les importa mucho lo que pasa con esa persona. No sé si me explico. Eso, por un lado. Por otro lado, lo de que la crisis actual no alcanza para satisfacer lo que quiero y lo que quiero lo tiene el otro. Bueno, esta es una actitud, diríamos, un hermoso pretexto: “lo tiene otro”. ¿Quién se comió mi queso? Fue tan famoso que dio lugar al título de un libro. Vos me decís, no es nuevo. Y yo estoy de acuerdo con que no es nuevo, pero ¿sabés lo que es nuevo? semejante desorden. Antes era como si dijéramos, uno podía estar quejándose de que no le tocó lo mejor y que lo mejor le tocó al hermano, pero estaba en un contexto donde uno tenía que discutirlo y… hoy en día parecería ser que en semejante desorden todo el mundo se engancha para decir es evidente que soy un perjudicado.
Máximo, efectivamente, yo creo que mejor no se me ocurre decirlo. Mientras que el paciente cree o prefiere creer y, peor aún, si el psicoanalista es un paciente que contamina lo que hace con sus pacientes con lo que él quiere defender como paciente. Y si él piensa que la tarea del analista es no sólo mostrar, sino resolver, va a confundir… cuando vos hacés consciente lo inconsciente, el paciente ve, pero el que tiene que resolver después es él. Sobre todo, porque además vos, probablemente no tengas la misma posibilidad que tiene él de resolver en su vida. Además de que tiene el derecho. Pero imagináte que estás analizando un sujeto que tiene ciento cincuenta obreros, o que un muchacho de veintiocho años que todavía no tiene hijos está analizando una señora abuela que tiene tres nietos y toda una vida. Él podrá mostrarle lo que ella reprime, pero después decirle yo creo que usted debería hacer tal cosa, es demasiado omnipotente. Y además no es necesario. Y además es contrario diríamos a lo que el mismo paciente en el fondo de su corazón… si bien él dice que vos le resuelvas las cosas, después, aunque vos le dijeras que haga tal cosa, él diría, pero esto es una barbaridad, este tipo me está diciendo algo con la fábrica, pero en su vida tuvo ciento cincuenta obreros. ¿Se entiende? A mí me parece que esto es fundamental.

Dra. Marina Grus: Muchas gracias por tu conferencia. Te hago algunas preguntas. Primero, ¿por qué, si lo que perdura son las ideas, en todo lo que vos describiste, y no la materia, es que nos aferramos a lo material en esta profunda equivocación que es el materialismo que vos describías, por qué? El motivo te pregunto. Después, cuando hablabas de que somos seres compuestos y traías el ejemplo de las mitocondrias, ahí la finalidad sería la misma. Sería que el sujeto pasea a las mitocondrias o las mitocondrias pasean al sujeto, los dos tienen la intención de pasear, seguirían en sintonía. ¿También está la posibilidad de que vayan en dirección contraria, o sea, que algo que es beneficioso para los componentes no lo sea para el sujeto que los integra? Después lo otro que te quiero preguntar es con respecto a la conmoción que genera este enorme malestar emocional que vos describías. Por un lado, está esto y por el otro lado también muchas veces vos nos hablás de la falta de corazón como la contraria, o sea entiendo que hoy hablabas más del desborde afectivo y otras veces ponés más el acento en la falta de corazón. Entiendo las dos ideas y me costaba integrarlas y te quería preguntar por eso. Y lo último es que, hablando de la cuarta injuria narcisista, entiendo que nacemos sin querer y morimos sin querer y que mientras tanto conviviendo somos, ahora, que somos inquilinos y no propietarios de nuestra propia vida eso me cuesta más. Sí lo entiendo cuando vos decís que, aunque seamos dueños de una propiedad, como la propiedad nos trasciende, de alguna manera, también somos inquilinos solo que más a largo plazo. Pero con respecto a la propia vida se me hacía más difícil cómo nos puede trascender la propia vida y ser inquilinos de uno mismo, te lo quería preguntar.

Dr. Luis Chiozza: No te entendí bien esto, por favor me lo repetís.

Dra. Marina Grus: Sí, cuando vos decís que somos inquilinos de nuestra propia vida, esa idea me costaba comprenderla bien. Sí te la entiendo cuando vos decís que, aunque seamos propietarios, por ejemplo, de un departamento igual somos inquilinos en el sentido de que la casa nos trasciende porque nosotros nos morimos y la casa sigue. Pero cuando uno se muere ¿cómo es esto de ser inquilino de la propia vida? Eso es lo que te quería preguntar. Bueno, hasta acá y muchas gracias.

Hilda Schupack: Bueno, en principio, gracias Luis por la conferencia, muchas cosas interesantes, algunas cosas ya las fue contestando. Hay dos cosas que quiero ver si podemos desarrollar un poco más. Usted dice que pequeñas causas producen grandes efectos. ¿Esto tendría que ver con que a veces nosotros cometemos actos sin darles la importancia que tienen? Por ejemplo, que hacemos cosas o pensamos cosas que tienen un efecto del cual nosotros no tenemos consciencia. Esa es una de las preguntas. Y la otra cosa que me resultó muy interesante, usted relacionó el progreso con el separar y juntar bien; y el retroceso con el, justamente lo contrario, con separar y juntar mal. Y yo, si no entendí mal, usted también eso mismo lo relacionó con ocultar el verdadero problema, que eso sería parte de la consecuencia de este juntar, este y separar mal. Bueno, me pareció muy interesante repasar esta idea del progreso con el juntar y separar bien, y el retroceso con lo contrario. Bueno muchas gracias. Nada más.

Dr. Gustavo Chiozza: Bueno, también te agradezco. Te quería preguntar una… siempre hubo un par de cuestiones que no sé si las entendí bien. La primera cuestión es esto que vos decías del poliedro del paciente. No, no es que no diga que… no es que no me parezca que sea importante, pero ¿en qué sería diferente de cualquier otro vínculo, de cualquier otra influencia? También, qué sé yo, el maestro que le transmite a un alumno el amor por la música, también está influyendo sobre su vida y a lo mejor sus padres querían que vaya a la facultad de ingeniería. Es decir, todo vínculo que establecemos con personas, son personas que, de alguna manera, tienen su red de vínculos y cualquier cosa que influyamos sobre ellos puede eventualmente o seguramente influir en todas las demás cosas. Entonces, ¿qué sería lo particular? Por otro lado, me desconcierta un poco el ejemplo porque, por ejemplo, un analista puede analizar a un empresario que tiene cuatrocientos obreros, pero la idea de analizarlo no es enseñarle a dirigir su fábrica, la idea de analizarlo es la idea de analizar las cosas que surgen en el vínculo transferencial-contratransferencial con cierta independencia de cómo esto influirá en su manera de gestionar su fábrica. Por ejemplo, si yo analizo a un deportista y veo sus conflictos de rivalidad, yo trato de ayudarlo a elaborar estos conflictos. Y entonces puede ser que sin esa rivalidad pueda jugar mucho mejor su deporte o también puede ser que sin esa rivalidad ya no tenga más ganas de competir en el deporte. Pero yo creo que, de alguna manera, ayudarlo a resolver la rivalidad es una tarea beneficiosa para él. El otro punto también te preguntaba un poco recién Marina, esta cuestión de} que vos decías nosotros pensamos que la materia es lo que perdura, pero no, lo que perdura son las ideas. A ver, planteado así es como si de alguna manera uno pensara que las ideas existen por separado de la materia, que son dos realidades distintas. Creo que justamente nosotros planteamos que esta separación entre idea y materia es una separación puramente conceptual. Entonces, hay ejemplos donde hay ideas que perduraron más que la materia, porque se encarnaron en otras materias y hay ejemplo donde las ideas murieron con la materia, como la Biblioteca de Alejandría, por ejemplo, y a veces hay ejemplos en el que, a uno, justamente es el que vos querías enriquecer con lo contrario en donde uno… es la materia lo que más dura. Dura una calle y no las personas que la… uno ve unos adoquines de la antigua Roma, de la Vía Appia, por ejemplo, y esa materia uno tiene la sensación de que perdura. Entiendo que también está la idea de la forma, pero me resulta distinto a lo que solemos enfatizar, esta cuestión de suponer diferencias ónticas entre la idea y la materia, cuando por otro lado concebimos que esta separación entre idea y materia es una cuestión más conceptual nuestra que perteneciente a la realidad óntica de las cosas. No sé si se entiende lo que pregunto. Gracias.

Dr. Luis Chiozza: Bueno, empecemos con lo de Marina y, como lo tocó Gustavo también, voy a decir… a mí me parece que la materia es muchísimo más fugaz que la idea, es decir, es como si dijera La Gioconda es una pintura en donde lo que vale es La Gioconda que está representada a través de la pintura material. Obviamente, no hay idea que no se represente en alguna materia. Por ejemplo, la idea de vaso está en este vaso (señala vaso de vidrio) puede estar en uno de peltre, puede estar en vasos distintos y decimos, esta es la misma idea en distintas materias. Como, por ejemplo, una llave de una cerradura. Pero lo importante del tema es que, si bien la idea tiene que estar montada en una materia, la materia es lo más sustituible de la idea. Es decir, es más, no hay cosas que hayan perdurado por su carácter material, todas perduran por lo que contienen de ideal, por lo que son como representación de una figura, pensamiento. A mí me parece que, si nosotros esta idea de que lo único que son hechos son las cosas que están hechas materialmente, si bien es cierto que materializar es una labor valiosa, de hecho lo escribí así, cuando uno materializa… no es que está mal materializar, pero en una segunda instancia uno se da cuenta que el tema de la materialización conduce a representar bien la idea, pero después, secundariamente, una vez que vuelve sobre el asunto destaca que en realidad, que lo que uno necesita es representar la idea. Es decir, yo creo que esto es una cuestión muy profunda y fundamental. Después voy a volver de nuevo cuando hable con Gustavo, pero quería mencionarlo ahora por Marina. Este tema de los seres compuestos que vos decís que pueden funcionar bien, en sintonía, o mal, cuando salgo a pasear las mitocondrias. Es efectivamente así, puede funcionar mal. Tanto es así que son muchos los seres humanos a los cuales su médico les aconseja, por ejemplo, que salga a caminar y a pasear y el sujeto no sale y se queda, es decir, y está contrariando a lo mejor lo que parte de sus estructuras orgánicas está necesitando y hasta le está pidiendo, pero entran en conflicto. La otra cosa que vos decías, que la conmoción puede ser… aparece que en nuestra época falta el corazón, en realidad, lo que nosotros vemos en nuestra época es fundamentalmente una sobrevaloración de la estrategia mental. Es decir, alguien valioso es alguien que tiene la capacidad de establecer estrategias que se establecen conceptualmente. El afecto es sentido como una debilidad y lo hepático es sentido como un esfuerzo que hay que ahorrárselo. Esto es lo que uno observa todos los días. Ahora, vos me preguntás, cómo puede ser entonces que, frente a este desprestigio de lo cardíaco, el sujeto quede víctima de la conmoción. Pero justamente queda víctima de la conmoción porque utiliza solamente… este desprecio de lo cardíaco es lo que conduce a que lo cardíaco funcione cada vez peor. Es decir, es como si dijera: el corazón se venga. Y te diría más, está llena la literatura de este reproche al corazón que se venga y que de alguna manera dice, como si dijera me traicionaste en esto, pero es que en realidad es el sujeto el que de alguna manera no procedió armónicamente.
Hilda, pequeñas causas-grandes efectos, bueno este es el tema del “efecto mariposa”. Sí, efectivamente sucede muchas veces, nosotros muchas veces no nos damos cuenta de que creemos que la cosa es muy sencilla. Muchas veces queremos solucionar de manera muy simplista las cosas que nos pasan. Y que el defecto del separar y el juntar pueda ocultar el verdadero problema, y sí, porque justamente esto tendría que ver otra vez con el facilismo, es decir, yo, como el sujeto del chiste, me paso de piola y le digo a mi mujer: problema de la mucama, problema tuyo, problema mío y no resolví nada. Entonces ¿qué estoy haciendo con eso?, estoy metiéndome adentro de una situación que no he resuelto en absoluto. Entonces esto es lo que oculta el problema, entre comillas, porque al final vuelve a salir.
Lo del poliedro, Gustavo, que hay otros vínculos iguales, por supuesto, y que exactamente pasa lo mismo, sin duda. Es cierto que no se puede analizar de otra manera, pero tampoco se puede enseñar música de otra manera. Pero tampoco… pero ¿qué sucede? que muchas veces se niega. Muchas veces el sujeto cree que lo que está operando sobre su paciente es solamente algo que opera sobre su paciente. Y esto se ve muy bien en el análisis de niños, en donde el analista está analizando bien, pero resulta que le sacan el chico del análisis. A mí me parece… ahora, el ejemplo de la fábrica no lo usé para esto, el ejemplo de la fábrica lo usé para la idea de la diferencia que hay entre ver y resolver. No es que yo pienso que el analista cuando analiza a un sujeto que tiene ciento cincuenta obreros en la fábrica, está analizando la relación afectiva etc., etc. Podría darse, pero es más difícil. Uno piensa más bien en sus seres más significativos que forman parte de su vida, de su conmoción cotidiana. El ejemplo de la fábrica yo lo traigo para decir que una cosa es que uno lo ayude al paciente a ver y después sentirse con la capacidad de aconsejar. Cosa que yo creo que vos compartís seguramente, de que uno al paciente le hace consciente lo inconsciente, ahora, el que tiene que encontrar la solución es él. Y en ese sentido doy el ejemplo de que probablemente él está mucho más capacitado que yo. En cuanto al asunto de que las ideas se pueden perder, sí, se pueden perder, por supuesto. Se estropea una pintura materialmente y por ahí se estropea la idea que contiene. Pero a mí me parece que esto es un tema sobre el cual habría que juntar muchos más argumentos. Pero yo creo, me parece que un argumento de peso es que, si vos estudiás la historia de la civilización probablemente lo vas a recorrer con mayor profundidad si te das cuenta que es una evolución de las ideas y que las formas que se materializan son parte de esa idea. Y que además contienen la idea, por eso son valiosas. Si vos ves, por ejemplo, qué te podría decir, a ver, un edifico que ha hecho el arquitecto este tucumano maravilloso, que se llama César Pelli, y vos decís, pero esto, cuando vos lo ves decís qué idea. No decís qué cantidad de vidrio. Es decir, lo que vale es la estructura ideal que está detrás de todo esto, me parece. Lo de las diferencias ónticas entre idea y materia, sería óntico, sería el ser de la idea y el ser de la materia. Y sí, es un tema. Por otro lado, nunca vas a ver una idea que no esté montada sobre una materia. Excepto, y creo que tampoco el argumento es válido decir que las ideas que pienso, tal vez porque son pensadas no están estructuradas en una materia. Pero yo diría que esto es discutible porque habría que ver si (Gustavo Chiozza: lo pienso yo) claro sí, pero la pensás vos. Pero a ver, pero no ves el pedacito tuyo que decís ahí está esa idea. Quiero decir, es como lo pensado aparece como que a vos no te cambia, bueno, en el fondo te cambia, pero no te cambia tanto la forma material según la idea que pensaste esta semana de la anterior. Pero bueno, me parece que de todas maneras es un tema muy interesante. Lo que sí quiero decir es que estoy absolutamente convencido de que la perduración tiene que ver con la idea. Y que, es más, creo que en el fondo cuando Freud habla de psicoanalizar, se refiere a psicoanalizar una idea perdurable, se refiere a psicoanalizar lo que sería esta configuración ideal que genera una disposición que se repite y que después, es como si dijéramos, de la forma que tiene el instrumento -y la forma es una idea- va a determinar la longitud de onda del sonido que de alguna manera mueve el aire materialmente. Bien.

Lic. Mirta F. de Dayen: Bueno, muchas gracias, Luis, por tu conferencia, y por todas tus respuestas. Yo siento que has hecho un enorme esfuerzo por transmitirnos un montón de ideas complejas, que algunas uno podría decir bueno, las venís planteando hace muchos años y al mismo tiempo planteadas hoy con todo un desarrollo, un razonamiento complejo y profundo, me lleva a hacerte dos preguntas. Yo voy a tomar de todas las cosas que dijiste lo último, es decir, la cuarta herida narcisista que te lleva a hablar de que no es lo mismo ver que resolver. Que me parece importantísimo porque justamente creo que es una de las ideas que uno diría, bueno sí siempre nuestra tarea como psicoanalistas fue hacer consciente lo inconsciente en el paciente, no resolverle la vida. Sin embargo, yo creo que va adquiriendo cada vez, o más profundidad o más importancia hacerlo realmente carne eso. Vos decís no somos los propietarios de nuestra vida, esta sería la cuarta herida narcisista. En otra época, hace muchos años, la cuarta herida narcisista la planteabas como no somos los dueños del simbolismo, la vida simboliza, no el hombre nada más. Me resultó interesante hacer la comparación porque creo que lleva a un mismo punto. Pero antes del último punto quiero plantearte también el tema del consenso público y contrato, porque vos hiciste hoy referencia a esto. Hoy justo en un seminario hablábamos con los alumnos de que es un viejo artículo, ese, importantísimo, de la importancia del movimiento y de la importancia del peso que tiene justamente el consenso en el paciente que viene a nuestro diván y que nosotros, bueno, obviamente, recién también le respondías a Gustavo, uno a veces pierde la noticia del peso que tiene lo que uno hace. Y entonces ahora voy al punto último que es ¿por qué parece poco decir que uno es inquilino de la vida o que uno hace consciente lo inconsciente, cuando el paciente aparentemente viene a que le resuelvan las cosas? Porque no es poco, justamente, es muchísimo. Entonces, tal vez la pregunta se resume en algo muy simple ¿no? que es, esto, digamos esta sensación de que es poco me parece que es una confusión y un malentendido, porque no somos impotentes, nos tenemos que encontrar con nuestra impotencia, pero no es que somos impotentes. Justamente la impotencia la tenemos en hacer este trabajo de tener la consciencia abierta, como analistas y como pacientes. ¿Está bien lo que estoy pensando? Porque, justamente, sino parece que se desdibuja todo y, al revés, creo que lo que nos estás queriendo transmitir es que se abre todo un panorama enorme que tiene que ver justamente con el asunto del Yo, la hipertrofia del Yo. En fin, paro acá, porque si no me parece que me voy demasiado lejos. Gracias.

Dr. Eduardo Dayen: Bueno, yo también te agradezco muchísimo, Luis, la conferencia. “El mundo en que vivimos y la necesidad del psicoanálisis” … no hace mucho, vos escribiste “Lo que nos hace la vida que hacemos”, el libro. Y has hablado mucho de eso. También en las palabras tuyas, me pareció escuchar que decías que era “lo que nos hace el mundo que hacemos”. La tendencia natural, creo que también estaba en tus palabras, la tendencia natural que tenemos todos es a culpar de este desorden en el que estamos viviendo en este momento, que lo sufrimos, esta crisis de valores

Dr. Luis Chiozza: ¿Decís tendencia a ocuparnos del desorden?

Dr. Eduardo Dayen: No, no, no. Respecto de este desorden en el que estamos viviendo, respecto a esta crisis de valores que nos está haciendo padecer mucho, tendemos a culpar, a culpar al virus, o a culpar a los malos, o a culparnos a nosotros mismos que decimos que estamos destruyendo la naturaleza. Pero lo que nos hace la vida que hacemos, y lo que vivimos en el mundo que hacemos y la conferencia incluye la necesidad del psicoanálisis, en el sentido de que es un camino, ¿es una posibilidad de conocernos y ver por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo? ¿Queda clara mi pregunta?

Dr. Luis Chiozza: Bueno, el problema, estoy de acuerdo con vos, ¿por qué parece poco este asunto del inquilino? Yo podría decir ¿se puede discutir la palabra “inquilino”? Y sí, se puede discutir. Pero a ver, ¿qué otra palabra podemos usar? Llegamos a la vida sin querer, nos morimos sin querer. Cuando vivimos, sentimos que vivimos queriendo, pero al mismo tiempo, estamos permanentemente… y es el tema de lo que nos hace la vida que hacemos, estamos continuamente discutiendo entre lo hice yo o me sucedió, lo hice yo o me sucedió. Sabemos, por toda la historia de la filosofía, que esto no se puede dirimir. Se puede decir que yo, formando parte del mundo, estoy determinado de tal manera, que por lo menos una parte de lo que me sucede, me sucede y no lo provoco yo. Esto es un sentimiento sin el cual no se puede vivir. Por otro lado, tenemos un sentimiento de libertad que se podrá discutir si existe, de dónde sale, pero lo tenemos, porque, si no lo tuviéramos, todo nos daría lo mismo, es decir, no tendríamos absolutamente ninguna motivación para hacer nada. Porque, si nosotros no sintiéramos que lo que hacemos tiene influencia en nuestra vida, nos daría lo mismo estudiar que trabajar, o no estudiar ni trabajar, nos daría lo mismo salir que quedarnos. Todo nos parecería igual. Entonces, me parece que, entre esta oscilación, como lo decimos muchas veces, está esta interpretación que a mí me parece la única, que ha resuelto esta aparente oposición, que es la de Schrödinger, que dice, bueno lo que pasa es que estamos hechos de tal manera que nos sentimos… que nosotros lo que estamos ejerciendo es la libertad del universo. Bueno, se podrá discutir o no, pero el asunto es que no hay nada que se le aproxime a esto para tratar de conciliar ambas cuestiones. Ahora, el tema es que, si nosotros decimos, bueno, pero está bien, pero por qué decimos “inquilino”. Bueno decimos “inquilino” porque se presta, desde un punto de vista. Se presta del punto de vista de que uno siente que eso que considera propio tiene una vida muchísimo más vigente que la propia. Esto me lo encontré por primera vez en la película “La elegida”, cuando al actor principal lo entrevista una periodista y él habla de que, dice, “yo puedo comprar La Gioconda y digo que La Gioconda es mía, pero en realidad yo la voy a tener por un tiempo, pero en realidad La Gioconda no es mía, seguramente me perdurará, seguramente la tendrá otro”. Uno puede decir, bueno él la puede comprar y la puede destruir: pero esto, que la destruya, ni siquiera certifica que es de él. Entonces, a mí me parece que la idea de inquilino da la idea de lo transitorio. Nada más que en ese sentido. ¿Cuál es la diferencia entre ser propietario y ser inquilino? Y bueno, que de repente se le casa la hija al que me alquila y me dice no le renuevo el contrato, y que si soy el propietario pienso que eso no me va a suceder. No me va a suceder, siempre y cuando no venga el estado y diga por acá tiene que pasar una carretera, así que se lo expropio. Entonces, esta idea de que la propiedad de la vida de uno la recibió sin querer y la va a perder sin querer, ni siquiera sabe cuándo, me parece que da la idea de esta transitoriedad, que, más que subrayar la transitoriedad, lo que de alguna manera quiere subrayar es la afirmación de lo contrario, de la sensación de que es algo que domino. Me parece que es en ese sentido nada más. A mí lo que me parece de la cuarta injuria, me parece que tiene que ver con esta cosa que va más allá inclusive de la transitoriedad del yo y todo esto. Que es esta sensación de estoy demasiado condicionado por un entorno complejo, que de alguna manera me siento ilusorio, sí, por ejemplo, la idea de que yo puedo predecir el futuro, aunque sea un futuro muy corto. La idea de ver más que resolver, me parece, no la pienso en relación con la cuarta injuria, sencillamente la pienso como una descripción.
Nunca se me había ocurrido de manera tan breve. El analista ayuda a ver, y esto indirectamente ayudará a resolver, pero no es el analista el que dice cómo se resuelve. Esto me parece muy, muy, muy central y creo que es compartido por todos ustedes.
Eduardo, “Lo que nos hace la vida que hacemos”, bueno, es el tema este, acá el mundo es otra representación. Que nosotros tendemos a culpar… sí, podemos tender a culpar, de todas maneras, igual es un asunto que no se termina nunca, porque cuando estamos culpando no lo creemos del todo. En fin. Y cuando la cuestión es qué es lo que nosotros hacemos como psicoanalistas y en dónde consiste la necesidad del psicoanálisis, para mí, la necesidad del psicoanálisis es que es un método privilegiado que ayuda a ver. Y que este ayudar a ver aumenta los elementos sobre los cuales voy a resolver. Si no, no habría ninguna otra justificación. Si el hacer consciente lo inconsciente no le diera a mi paciente mejores elementos para poder elegir las cosas que está haciendo, no tendría sentido que viniera. Es decir, nosotros, es muy sencillo, hacemos consciente lo inconsciente, es ayudar a ver, a ver algo que, para colmo que ni siquiera es cualquier ver, porque nosotros podemos ver mucho más de lo que le podemos ayudar a ver, pero sabemos que él no lo va a permitir. Entonces, nosotros estamos viendo diez, pero lo que le podemos ayudar a ver es lo que él casi, casi estaba a punto de ver solo. Y a esto ¿cómo lo llamamos? punto de urgencia. ¿Qué es el punto de urgencia?, lo que está urgiendo por salir, es el grano que está por reventar, es el único lugar donde es lícito darle el empujoncito, porque él está diciendo, el grano solo no revienta. Entonces, nosotros vamos a analizar el pedacito que está, por así decir, en el grano maduro. Si vamos a buscar algo que está muy lejos de reventar, el paciente lo va a tomar intelectualmente. Te podrá decir lo creo, pero no lo veo o sencillamente lo tiene como una segunda inscripción. Bien.

Dra. María Adamo: Sí Dr. muchísimas gracias por la conferencia. Yo levanté la mano para preguntar algo en relación a esto último del ver y el resolver. En otros artículos, por ejemplo, en “Las cosas de la vida”, usted hablaba de cuando el paciente pregunta, dice ¿y ahora qué? Cuando al analista le dice ¿y ahora qué hago con esto? Y usted decía ahí que esto es una falacia porque en realidad cuando uno comprende verdaderamente, ya sabe lo que tiene que hacer, o que el paciente que comprende, ya cambia. Entonces le quería preguntar si esto va en la misma línea y si entonces uno diría, cuando estamos esperando resolver o que el analista nos resuelva ¿es porque en realidad todavía no estamos pudiendo ver bien? Digamos, no estamos logrando ver.

Dr. Luis Chiozza: Bueno, me corrijo. En ese momento yo pensaba así. Ahora creo que no es seguro que sepa lo que tiene que hacer. Lo que sí sé es que tiene un elemento que lo puede ayudar mejor a decidir, pero no estoy seguro de que ya sabe lo que tiene que hacer. A veces sucede que cuando el sujeto tiene una nueva visión, esto le cambia el panorama del mundo y entonces esto ya se trasunta en una decisión. Pero yo ahí digo que el paciente que no cambia, es el que no ha logrado comprender. Pero me parece que ese cambio no siempre se da de esa manera tan automática.

Dr. Eduardo Dayen: ¿Alguien más quiere hacer uso de la palabra? Bueno le agradecemos mucho al Dr. Chiozza.

Dr. Luis Chiozza: Gracias a ustedes.

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