Patosofía – VIKTOR VON WEIZSÄCKER (Traducción Lic. Dorrit Busch) – Editorial Libros del Zorzal
La Patosofía es el último tomo de las obras completas de Viktor von Weizsäcker que, en su totalidad, abarcan diez volúmenes. Fue escrita cuando el autor ya tenía una edad avanzada y se trata de una elaborada síntesis de su pensamiento original y revolucionario. Incluye las reflexiones finales de sus experiencias clínicas y sus profundas ideas teóricas con respecto a la reformulación de la medicina a partir de sus mismas bases.
A lo largo de toda la obra, Weizsäcker cuestiona la pretendida objetividad de las ciencias científico-naturales y postula la necesidad de un replanteo de sus supuestos fundamentales y la superación de las proposiciones tecnicistas, mecanicistas y causalistas que sostienen dichas ciencias.
El libro consta de cuatro partes: la primera abarca sus reflexiones acerca de lo óntico (lo que existe) y lo pático (lo que está siendo, lo que se siente y se padece); la segunda consta del proyecto para una teoría general de la enfermedad. La tercera es un proyecto para una teoría especial de la enfermedad. Estas tres partes reflejan la crítica al sistema médico vigente y el intento del autor de encontrar nuevas conceptualizaciones y clasificaciones para las enfermedades, que incluyan el aspecto humano del hombre y la comprensión tanto de su padecer anímico como del corporal. La cuarta parte contiene reflexiones acerca de una serie de temas fundamentales, como la sexualidad, la muerte, el dolor, el sueño, la conciencia, la religión y otros.
“La Patosofía de Weizsäcker, la obra con la cual culmina su madurez intelectual, consituye una contribución trascendental en la tarea de otorgar significado a la caótica realidad que nos rodea. Hemos dicho que su lectura es difícil, pero el lector que no se desanime en su primer intento no quedará defraudado con lo que el libro le aporta, ya que Weizsäcker aborda, de manera original y profunda, las cuestiones de la enfermedad y de la vida que más nos importan, nos conmueven y nos intrigan” (del prólogo de Luis Chiozza)